¿Universidad pública o privada?

Esta es una de las grandes preguntas que todo estudiante de educación secundaria se va a hacer en algún momento de su trayectoria vital. Sin duda, es una gran cuestión entre otras muchas, como la elección de carrera universitaria.

Escoger entre estudiar en una universidad pública o en una privada es importante, ya que cada una de ellas tiene notables diferencias que hay que valorar adecuadamente. A continuación hablaremos de todo ello, incluidos los pros y contras de las dos opciones.

Universidades privadas vs públicas

En primer lugar, vamos a nombrar algunas cifras generales.

Actualmente hay en España un total de 83 universidades, de las cuales 50 de ellas son públicas, mientras que las restantes 33 son de dominio privado. Por otro lado, las públicas acogieron en el curso 2020-2021 a aproximadamente el 83% de los universitarios, mientras que las privadas acogieron a alrededor del 17%.

Con estas cifras sobre la mesa, lo primero que podemos deducir es que existe una mayor oferta de estudios, geográficamente hablando, en la universidad pública. Al margen de eso, el desequilibrio entre el porcentaje de alumnos admitidos en ambos modelos educativos se debe principalmente a una cuestión de costes de matrícula.

Sin embargo, a la hora de escoger entre una universidad pública o privada, existen muchos más factores a valorar aparte del aspecto económico, y es preciso que los estudiemos. ¿Cuáles disponen de mejores medios e instalaciones? ¿Qué estudiantes salen mejor preparados? ¿Cuáles tienen mejores perspectivas de empleabilidad?

A continuación te ofrecemos una visión amplia, lo bueno y lo malo, de lo que pueden ofrecerte cada tipo de educación universitaria.

Ventajas y desventajas de estudiar en una universidad pública

Para ingresar necesitas pasa una prueba de acceso

Para acceder a una universidad pública, primero necesitas superar la prueba conocida como EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad). Luego, en función de la nota que saques, en combinación con la del propio bachillerato, te dará una nota final con la que verás limitadas tus opciones.

Cada carrera universitaria en las universidades públicas tiene una nota de corte que sirve de referencia para decidir quién puede entrar o no. De este modo, desgraciadamente, hay gente que se queda sin poder estudiar la vocación de su vida.

El precio de la matrícula está financiado mayoritariamente por el Estado

Una ventaja obvia de la universidad pública es el precio de la matrícula anual. Este coste suele oscilar aproximadamente entre los 800 € y los 2000 € por curso, lo que supone unas cifras muy inferiores a las de las universidades privadas. A pesar de ello, para mucha gente esas cantidades también son considerables.

Aquí contaríamos con otra ventaja asociada, que es la posibilidad de solicitar una beca estatal para los estudios universitarios. Por supuesto, las becas están ligadas al mantenimiento de notas elevadas durante la carrera, pero se puede llegar a estudiar una carrera completamente gratis en una universidad pública.

Los profesores son casi todos funcionarios

Interpretar este punto como positivo o negativo va a depender un poco de tu punto de vista. Es evidente que alguien que ha pasado por un proceso de oposición para una plaza de profesor de universidad ha demostrado sobradamente sus conocimientos en la materia que imparte.

Sin embargo, tener un profesorado funcionario puede ser un arma de doble filo. Está claro que no hay duda de su formación, pero al tener sus puestos asegurados, no tienen la necesidad de conseguir que sus alumnos alcancen sus objetivos. Y el objetivo final de todo universitario es, básicamente, adquirir conocimientos realmente útiles y obtener un buen empleo.

Medios y recursos limitados

Por norma general, los campus públicos españoles suelen tener mucha antigüedad, y un mantenimiento bastante básico. Sin lugar a dudas, no disponen de los recursos en cuanto a equipamiento, laboratorios e infraestructura de las universidades privadas. En algunas carreras con mucha teoría esto no es vital, pero en las de ámbito científico/práctico sí influye mucho.

Plan de estudios más independiente

La filosofía del currículo de las universidades públicas consiste en dejar al alumno más libre en el desarrollo de sus estudios. Apenas hay seguimiento personalizado por parte del profesorado, que en la mayor parte de los casos se limita a impartir las clases, evaluar las pruebas correspondientes dos veces al año y poco más.

Compatibilidad de estudios

Una licenciatura en una universidad pública española tiene una gran compatibilidad con los grados similares impartidos en toda Europa. También se puede pasar de la universidad pública a la privada, pero ahí la convalidación va a depender del criterio de cada centro.

Ventajas y desventajas de estudiar en una universidad privada

No necesitas pasar por la EBAU

Una de las grandes ventajas de decidir estudiar en una universidad privada es no tener que pasar por el difícil trámite de la prueba de acceso pública: la EBAU. Eso sí, hay algunos centros que pueden tener su propias pruebas personalizadas, por ejemplo, con tests de nivel inglés y de aptitudes. Sin embargo, no es lo habitual.

El coste por curso es elevado

Al no estar financiadas por ningún ente público, las universidades privadas tienen precios de matrícula mucho más elevados que las dependientes del Estado. Así pues, el precio de la matrícula puede rondar entre los 6.000 € y los 20.000 € al año, dependiendo del centro escogido y la especialidad.

Por otro lado, las becas públicas de estudios apenas aplican para las universidades privadas, y en cualquier caso, muchas veces no cubren ni el 15% del coste. Este es, desde luego, el punto negro más importante de este modelo educativo, pues mucha gente no puede ni plantearse estudiar en una universidad privada.

Seguimiento personalizado de cada alumno

A diferencia de la universidad pública, donde el planteamiento es que los alumnos se busquen la vida, en la universidad privada el seguimiento es muy estrecho, prácticamente diario. Además, predomina la evaluación continua, no los exámenes cuatrimestrales, por lo que el trabajo constante es siempre recompensado.

Todo esto quizá pueda resultar agobiante para quien prefiera ir a su aire, pero sin duda ofrece mejores resultados académicos. En cualquier caso, también suele estar disponible el modelo de evaluación por examen final como en la universidad pública.

Recursos e infraestructuras superiores

Otra de las consecuencias de la financiación privada es que estas universidades suelen disponer de mucho más capital para invertir en sus campus, instalaciones y herramientas. Todo eso acaba redundando en una formación más completa y de mayor calidad

Vinculación con el sector privado

Otro punto positivo de las universidades privadas es su amplísima y estrecha cooperación con el mundo empresarial, es decir, con el mundo real. De ahí que muchos de sus alumnos salgan con prácticas concertadas en importantes entidades, lo que muchas veces se traduce en empleo directo.

Mayor prestigio

Sin desmerecer en ningún caso a la universidad pública, lo cierto es que la sociedad en general tiende a percibir los estudios privados como superiores en calidad. Sea cierto o no, esta percepción es una realidad.

Lo cierto es que el prestigio es algo bastante subjetivo, pero igual que se suele pensar con otras cosas, aquello que es más caro se percibe como superior. Al menos a priori, pero eso afecta también a la contratación.

Compatibilidad menor de los estudios

Un punto en contra de los planes de estudios privados es que no son exactamente iguales que los públicos. Siempre puedes cambiar de la universidad privada a la pública si no te gusta o no puedes seguir pagándola, pero quizás no te convaliden todo lo que has estudiado ya.

¿Las universidades privadas son más fáciles?

Existe mucha mitología sobre este asunto. Mucha gente cree que las universidades privadas poco menos que regalan los títulos. Sin embargo, esto no es así. Si uno lee atentamente opiniones sobre la elección entre universidad pública y privada, llega a la conclusión de que hay de todo.

Si la universidad privada fuera realmente fácil o regalasen los títulos, no habría suspensos, pero la realidad es bien distinta, y es fácil de comprobar buscando en internet.

Lo que a menudo causa las diferencias en la percepción de la gente es simplemente el modelo de evaluación. La universidad privada goza de un seguimiento al alumnado realmente estrecho y muchas veces se caracterizan por procurar que nadie se quede atrás. Su prestigio (y su negocio, en definitiva) están en juego, y se lo toman muy en serio.

Al margen de opiniones, si la universidad privada no diera resultados probados en el mercado laboral, sencillamente dejaría de existir. Por contra, en una universidad pública nadie va a dimitir ni va a ser despedido si tu formación resulta inadecuada, insuficiente, o si no consigues empleo luego.

¿Vale la pena pagar una universidad privada?

Esta es una cuestión absolutamente personal y subjetiva, a la que difícilmente se puede responder desde aquí. Está claro que cada modelo educativo tiene sus puntos fuertes y débiles, como ya habrás visto.

Según un estudio reciente sobre 70 universidades por parte del IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas), la empleabilidad del alumnado es claramente mayor en la universidad privada. Tan sólo gana la universidad pública en la rama científico-sanitaria, debido a la existencia del enorme sistema de la Seguridad Social.

Bien es cierto que existen otras vías para conseguir empleos bien pagados, como estudiar una certificación demandada. No es imprescindible pasar por la universidad. Sin embargo, si lo tienes claro y tu elección pasa por el modelo privado, quizás te interese leer nuestro artículo sobre la elección entre la UNIR y la UOC.