Tener un conflicto con la empresa en la que trabajas es una experiencia bastante desagradable, particularmente si sigues trabajando en ella. Cuando los problemas profesionales entre ambas partes terminan en un juicio, quizás la relación laboral esté demasiado dañada como para recuperarse.
Por ese motivo, a menudo mucha gente se pregunta quién suele ganar los juicios laborales, ya que quieren saber si tienen probabilidades de salir del conflicto con una victoria. A continuación vamos a ver qué es lo que puedes esperar.
¿Quién suele ganar los juicios laborales en España?
Realmente, esta es una pregunta muy difícil de responder, ya que no hay unas estadísticas oficiales que nos puedan decir si es el trabajador o la empresa. Así pues, lo más lógico sería decir que la respuesta es un enorme ‘depende’.
Básicamente, un juicio laboral lo gana el trabajador siempre que sea capaz de demostrar lo que demanda. Es tan sencillo y obvio como eso. Para ello, deberá aportar las pruebas objetivas e irrefutables que soporten su argumentación. En este punto es fundamental tener todo tipo de documentación relativa a la relación laboral: contratos, nóminas, recibos, etc.
También serán de gran ayuda grabaciones de conversaciones (legales mientras el trabajador participe en ellas, incluso sin avisar al interlocutor), declaraciones de testigos, e-mails, inspecciones de trabajo, informes periciales… En definitiva, todo aquello que pueda colaborar en el esclarecimiento del caso.
¿Qué pasa si la empresa no se presenta al juicio?
Pues en realidad no pasa absolutamente nada, salvo que ello se deba a un error en la citación. A priori, quizás pienses que en ese caso el juicio está ganado, pero nada más lejos de la realidad. Lo que pasará es que el juicio se realizará sin la presencia de representantes de la empresa.
La justicia sigue siendo (en teoría) imparcial, así que poco importa si la empresa no se presenta. Tú sigues teniendo que demostrar lo que demandas, y el juez no va a darte más razón por incomparecencia de la parte demandada.
La parte demandada no se presenta al juicio laboral
Sí es cierto, no obstante, que el hecho de que la empresa no se presente al juicio te da cierta ventaja, ya que, de este modo, pierden la iniciativa de la defensa activa. Dicho de otro modo, están renunciando al derecho de réplica ante tus pruebas o las declaraciones de testigos. Aprovecha esa situación a tu favor.
¿Cuánto tarda en salir una sentencia de un juicio laboral?
Hay una pregunta incluso más importante que la de quién suele ganar los juicios laborales, y es la de cuánto tarda la justicia en establecer la sentencia, una vez que finaliza el juicio.
Un juicio laboral es un procedimiento que puede robarte mucho tiempo y energía, así que es perfectamente normal preguntarse cuánto tarda en salir la sentencia.
Para empezar, tendríamos que saber cuánto tiempo va a pasar hasta que comience la vista judicial. Sin embargo, la realidad es que, a fecha de 2021, es imposible saber cuándo tarda en salir un juicio por despido improcedente, que es el caso más habitual.
Los ritmos de la justicia son lentos en general, y además, dependen de la saturación de cada juzgado concreto. Aún así, para que te hagas una idea aproximada, aquí tienes una referencia de lo que puede tardar en salir el juicio según el asunto a tratar:
- Impugnación de alta médica: entre 2 y 4 meses.
- Conciliación de vida familiar y laboral: entre 2 y 4 meses.
- Despido improcedente: entre 3 y 6 meses.
- Declaración de incapacidad permanente: de 6 meses a 2 años.
- Sanciones: entre 1 y 2 años.
- Reclamación económica: entre 1 y 3 años.
Sí, son todo plazos muy elevados, pero esto es lo que hay. Y, ojo, que esas son referencias pre-pandemia. Ahora, en 2021, habrán empeorado bastante. La parte menos mala de todo es que, una vez finalizado el juicio, la sentencia de un juicio laboral suele salir en unas dos semanas.
¿Cuánto se tarda en cobrar después de ganar un juicio?
Cuando sale una sentencia que condena a pagar al trabajador, existen 20 días de plazo para presentar una apelación, lo que se denomina recurso de suplicación. Además se concede un día extra de gracia, por lo que en total son 21 días.
Si la empresa recurre, el pago puede congelarse hasta la celebración de un nuevo juicio y que la sentencia sea firme. No obstante, si las pruebas son contundentes, es raro que la empresa presente un recurso, que cuesta dinero, y en el que puede ser condenada a pagar las costas.
Si no existe apelación a la sentencia, hay otros 20 días de plazo para el pago voluntario de la sentencia. Por lo tanto, el plazo mínimo para cobrar después de ganar un juicio puede ir desde los 22 días (muy improbable) a los 41.
Si la empresa no pagara en período voluntario, entonces la pesadilla para el demandante se alargaría, pues habría que reclamar judicialmente el impago. Eso tendría consecuencias negativas para la empresa, pero, por desgracia, ocurre.
¿Puedo trabajar si estoy en un juicio laboral?
En realidad, estás en todo tu derecho de trabajar en otra empresa mientras esperas la celebración del juicio laboral o incluso de pedir la prestación por desempleo. Sobre todo teniendo en cuenta los plazos para la resolución de una sentencia.
Eso sí, si trabajas para otra empresa, procura que tus anteriores empleadores no sepan que estás trabajando en otro sitio. Una de las fórmulas más usadas en las sentencias consiste en que la empresa demandada pague la indemnización por despido o readmita al trabajador.
Por lo tanto, podría darse el caso de que quisieran readmitirte sólo por ahorrarse la indemnización o por fastidiarte. En cualquier caso, lo mejor es que consultes con un asesor experto cuáles son tus opciones.
Cómo saber si voy a ganar un juicio laboral
Siempre se ha dicho aquello de que «es mejor un mal acuerdo que un buen juicio», y pocas frases hay más ciertas que esa. Realmente no hay modo de saber quién va a ganar un juicio laboral antes de que se celebre, pues hay demasiados factores en juego.
Sin duda, tener las pruebas adecuadas para defender tu demanda es fundamental para que la sentencia te sea favorable. Los juicios laborales los suele ganar quien mejor demuestra su postura en el conflicto, independientemente de que sea empresa o trabajador. No existe ninguna predisposición de los tribunales a ponerse del lado de los empleados, lo cual es lógico: cualquier otra alternativa sería completamente ilegal.